YO LAS LLAMO LECCIONES DE VIDA
En la vida se aprenden muchas lecciones, son interminables como arena en el mar. Algunas quedan y dejan huellas profundas, otras se olvidan momentáneamente pero cuando volvemos a cometer el mismo error las recordamos, con la promesa de no volverlas a olvidar… Algunas son heredadas, otras nuevas y muy propias de ti mismo y de tus circunstancias. Las hay aquellas que insistentemente nos quieren enseñar nuestros padres, abuelos y mayores, pero es tan linda la juventud sin ellas y son nuestros oídos tan inexpertos que aún no reconocen el valor de esas palabras. Lecciones de vida, de amor, de amistad, de familia, de negocios… No se terminan aquí, cada etapa de tu vida te trae una, dos, veinte, cientos de ellas. Cada paso que das y decisión que tomas consecuentemente te ofrece una lección, ¿buenas? ¿malas? Depende de tu perspectiva, pero honestamente creo que no las hay malas o innecesarias, porque ellas van forjando tu carácter y marcando tu camino en la vida.