UN SOLO NIÑO
Mientras haya en el mundo un solo niño,
mientras haya en el mundo un solo niño que carezca de pan, de fruta y leche,
un
solo niño que mastique su hambre desde el alma.
¿De qué sirven discursos,
conferencias, seminarios, simposios, bellas cartas…
si hay un niño con hambre?
Mientras haya en el mundo
un solo niño que marche a la intemperie malherido de
crónicas dolencias que sabemos curar.
Mientras esto suceda, ¿De qué sirven
partidos, parlamentos, pactos, acuerdos, frentes, sociedades…
si hay un niño
muriendo en este instante?
Mientras haya en el mundo un solo niño que pierda
madre y padre a bala limpia, que ve muerte y tortura diariamente (en lugar de
juguetes y caramelos).
¿De que sirven escuelas pedagógicas, hermosos edificios
de palabras eructadas de vientres satisfechos?
¿De qué sirven psicólogos,
filósofos, sesudos antropólogos, sociólogos…
frente a tanta barbarie
ejercitada?
Si hay un solo niño que tenga las pupilas petrificadas de terrible
espanto.
Mientras haya en el mundo un solo niño que carezca de escuela,
arcilla, lápices, que carezca de música y pintura!
¿De qué nos sirve el arte,
los museos, conciertos, colecciones, academias?
¿De qué nos sirve todo, si hay
un niño privado de tenerlo?
Mientras haya en el mundo un solo niño obligado a
empuñar la metralleta para buscar justicia para sus padres, mientras se
encuentre un niño en tal dilema:
¿¡De qué nos sirven templos y sermones!?
¿¡De
qué nos sirve dios!?
¿¡La humanidad entera!?
¿¡Nuestros sueños!?
¡SI HAY UN
NIÑO QUE MUERE CON UN FUSIL ENTRE SUS TIERNAS MANOS!
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