LA PERFECCION

Ef 4, 7-16 Hasta que lleguemos todos al hombre perfecto…
…el hombre perfecto eres tú, Señor, tú nos das la medida de la plenitud humana, tú eres el verdadero icono, el rostro al que somos llamados a mostrar, el corazón desde nos invitas a vivir. En ti, Señor, está nuestra medida y nuestra plenitud, y ello basta para que sienta el vértigo de tu misericordia que me sigue llamando a ser en ti a pesar de tanta debilidad e infidelidad. Tu perfección de amor me salva.

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