MI VIDA ESTÁ FUERA DEL RESTO DEL MUNDO



Sobrevive el corazón abandonado,

aislado en la profundidad del bosque,

no hay estrellas ni nubes

que mitiguen su dolor.



La noche es fría en si misma,

la luz carece de color,

los ruiseñores no trinan

y la hierba no tiene aroma.



Hay rumores que acunan al viento

tarareándole una nana,

bajo una lluvia densa y gris

que cala el alma hasta los huesos.


Se descomponen los sueños al atardecer

en un clamor de voces apagadas,

mientras el manantial mana silencioso

cual herida sangrante y abierta.



Susurra melodías la alborada 

a una neblina que brota incipiente,

como si quisiera borrarlo todo

y empezar a vivir de nuevo.



Hay un manto triste en el claro,

oscuro,como malestar del cuerpo,

que incita a la desesperación,

que desbasta los adentros.



Pequeños remolinos deforman el tiempo,

filigranas de hojas ocres y amarillas

que osadas buscan el otoño

para guarecerse en sus entrañas.


El roble es verde en su interior,

marrón oscuro en su memoria,

viejo y sabio en su conocimiento,

mas permanece en el olvido su recuerdo.

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