¿QUÉ ES LA FELICIDAD?
La felicidad es la propia naturaleza del Ser; la felicidad y el Ser no son diferentes.
No hay felicidad en ninguno de los objetos del mundo. Imaginamos, a través de nuestra ignorancia, que obtenemos felicidad de los objetos.
Cuando la mente se externaliza, experimentamos la desdicha.
Lo cierto es que, cuando se cumplen sus deseos, regresa a su propio lugar de origen y disfruta la felicidad, que es el Ser.
De forma parecida, en el estado de sueño, samadhi, desmayo, y cuando se obtiene el objeto deseado y se elimina el objeto no deseado, la mente se dirige hacia adentro y disfruta la pura Felicidad del Ser.
Así pues, la mente se mueve sin descanso, alternativamente saliendo del Ser y regresando a él. La sombra bajo un árbol resulta agradable, pero fuera de ella, al aire libre, el calor es abrasador. Una persona que haya estado caminando al sol se siente refrescada cuando llega a la sombra.
Aquél que pasa constantemente de la sombra al sol y viceversa, es un estúpido. Un hombre sabio permanece constantemente en la sombra. De igual modo, la mente de aquel que conoce la verdad, no abandona su fe. La mente del ignorante, por el contrario, da vueltas por el mundo, sintiéndose miserable, y durante un corto espacio de tiempo regresa a donde empezó, para experimentar felicidad. En realidad, lo que se llama mundo no es más que pensamiento. Cuando el mundo desaparece, es decir, cuando no hay pensamiento, la mente experimenta felicidad, y cuando el mundo aparece, experimenta la desdicha.
No hay felicidad en ninguno de los objetos del mundo. Imaginamos, a través de nuestra ignorancia, que obtenemos felicidad de los objetos.
Cuando la mente se externaliza, experimentamos la desdicha.
Lo cierto es que, cuando se cumplen sus deseos, regresa a su propio lugar de origen y disfruta la felicidad, que es el Ser.
De forma parecida, en el estado de sueño, samadhi, desmayo, y cuando se obtiene el objeto deseado y se elimina el objeto no deseado, la mente se dirige hacia adentro y disfruta la pura Felicidad del Ser.
Así pues, la mente se mueve sin descanso, alternativamente saliendo del Ser y regresando a él. La sombra bajo un árbol resulta agradable, pero fuera de ella, al aire libre, el calor es abrasador. Una persona que haya estado caminando al sol se siente refrescada cuando llega a la sombra.
Aquél que pasa constantemente de la sombra al sol y viceversa, es un estúpido. Un hombre sabio permanece constantemente en la sombra. De igual modo, la mente de aquel que conoce la verdad, no abandona su fe. La mente del ignorante, por el contrario, da vueltas por el mundo, sintiéndose miserable, y durante un corto espacio de tiempo regresa a donde empezó, para experimentar felicidad. En realidad, lo que se llama mundo no es más que pensamiento. Cuando el mundo desaparece, es decir, cuando no hay pensamiento, la mente experimenta felicidad, y cuando el mundo aparece, experimenta la desdicha.
Comentarios
Publicar un comentario