EL PASADO NO SIEMPRE FUE MEJOR



Todos corremos el riesgo de querer vivir en el pasado. Tengamos la edad que tengamos, siempre recordamos momentos que “eran mejores”, amigos que “eran mejores” y situaciones que “eran mejores” para nosotros. Personalmente creo que es una equivocación, no se puede vivir en el pasado, algunas cosas siempre cambian.

Muchas cosas deben cambiar. Lo sabemos, incluso lo necesitamos, pero muchas veces no somos capaces de hacerlo. ¿Sabes la razón? Nuestra comodidad.

Nos asusta tener que cambiar nuestras costumbres. Le tenemos miedo siempre a las decisiones que implican que las cosas vayan a ser diferentes.

¿Sabes? En todo cambio, el paso más difícil es el primero... Si quieres ser un mejor amigo y decides pagar el precio, el paso más difícil es el primero que des.

Si quieres vencer un mal hábito y has decidido no caer más en la trampa, el paso más difícil es decir “no”, el paso más difícil es el primero.

Si quieres vivir de otra manera y decides abandonar la preocupación y la ansiedad, el paso más difícil es no dejar que tu mente vuelva a recordar lo malo e intente vencerte. El paso más difícil es el primero.

En la mayor parte de las decisiones que merecen la pena, lo más difícil no es saber lo que tenemos que hacer, sino estar dispuestos a pagar el precio. Tomar la decisión de dar el primer paso. Merece la pena que nuestra vida sea mejor, merece la pena arriesgarse y no seguir la corriente. Merece la pena llevar una vida diferente a lo que muchos quieren imponernos.

Recuerda siempre que el que no está ocupado en nacer, está ocupado en morir. El que no se preocupa en crear, está perdiendo su propia vida poco a poco. Si no luchamos por renovar nuestras fuerzas y confiar en quien no nos puede ni quiere defraudar, cada día que pase vamos a sentirnos más incomprendidos.

Este es el momento de dar el primer paso.

El momento de decidir que no todo puede seguir como siempre, que hay cosas que tenemos que dejar, y otras que están ahí para que las construyamos. Es el momento de abandonar la comodidad y no ser arrastrados por los que intentan gobernarnos la vida, enseñarnos que las relaciones no tienen importancia o imponernos alguna “mercancía imprescindible” para nuestra existencia.

Es el momento de dejar ansiedades del pasado y comenzar a mirar hacia delante.

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