PERMITEME...
Caminar por las aguas, oh, Señor, sería perfecto,
también nadar en el desierto, volar contra el viento...
y hasta la utopía de vivir en paz.
No tiene límites la imaginación creadora
cuando nos prestas tu divina escalera
para subir hasta el infinito
o para bajar hasta el fondo del mar,
para dejarnos bucear por tu espacio sagrado
y sin rumbo fijo, tan solo flotar.
Para viajar en el tiempo,
para encontrarnos con los seres queridos
que ya no están
y con los hijos crecidos que ya no veremos,
pero que en algún rincón del alma podemos pintar.
¡Qué grato sería!, oh, Señor,
atrapar la inocencia y encerrarla
en un frasco de impecable cristal
y rodearla de algodones para que no se destruya,
ni se diluya en las sombras de esta "vida real".
Permíteme hoy olvidarme de todo,
salir de este mundo enlazando
a las nubes con la tierra y el mar.
Permíteme hoy ser suave luz en tu hogar,
disolverme en el viento y fundirme en tu esencia,
vaciarme en tu presencia,
subirme en un globo y sin temor a la altura
con toda soltura, dejarme llevar.
Comentarios
Publicar un comentario