BIEN AVENTURADOS...
El Evangelio está salpicado de la palabra
y promesa de Jesús que llama
“dichosos”, “bienaventurados”,
a los pobres, a los mansos,
a los que entregan su vida,
a los que cumplen la voluntad del Padre…
También en el encuentro con Tomás,
tras la Resurrección, anunció otra bienaventuranza:
“Dichosos los que, aun no viendo, creen”.
Se refería a los cristianos que sin ver a Jesús,
como lo vio Tomás, creen en Él.
LOS QUE CREEN
Creer no es sólo un acto intelectual
por el que una persona acepta la
palabra del otro. Es mucho más:
es entregar su vida al otro.
Esta es la labor del misionero,
quien con su palabra hace que
los que no conocen a Jesús
puedan sentirse seducir por
el testimonio de su caridad
y amor misionero, y se entreguen
a Dios en el acto de fe bautismal.
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