EL COMBUSTIBLE.
–Maestro, ¿qué es la fe?
El maestro le pidió al discípulo
que encendiese una hoguera.
Se sentaron los dos frente a ella,
contemplando el fuego.
–He aquí la fe –dijo el maestro–.
La leña de la hoguera.
El combustible que mantiene
encendida la llama de Dios
en nuestro corazón.
–Pero la leña necesita de
una chispa para transformarse en luz.
–Existen varias chispas.
La más común se llama voluntad.
Basta con querer tener fe, para que
ésta se aparezca en nuestro camino.
–¿Incluso si nos pasamos la vida
entera sin creer en nada?
–Siempre creemos, aun sin reconocerlo
o aceptarlo, y por eso es tan fácil
despertar la chispa.
Además, cuanto más vivimos,
más cerca estamos de Dios.
La leña vieja arde siempre
con más facilidad.
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