HAY QUE HACER EL AMOR CADA DÍA
Para renovar y saber que existimos, siempre hay que hacer obras, aunque aveces parezcan malas o sin sentido, no por uno mismo, sino también para los que nos rodean y las personas que en verdad amamos.
Si comprendemos esto, veremos que el amor es
una filosofía de vida, más que un sentimiento o una sensación, es una manera de
vivir, de ir por el camino repartiendo una sonrisa, regalando alegría a
aquellos a que nos agradan y a los que no, también.
Amar es ser libre del resentimiento, de la envidia, es un ideal sublime de entregar buenas intenciones, afecto y cariño; de pensar en construir un mundo mejor y establecer mejores relaciones con todo lo demás.
Algunas veces reflexiono en torno a entregar amor no solo a las personas más cercanas, sino también a todos mis semejantes, pero me detengo y pienso ¿por qué no entregarle amor a todas las manifestaciones de la vida? A los animales; no solo los más cercanos como perros y gatos. Llego a la conclusión de que al amar se contempla y una de las cosas más fantásticas de esta experiencia llamada vida es contemplar las demás formas de vida.
Es apenas lógico que debamos amar la obra de Dios, que aprendamos a respetarla y a manejar de una forma madura el poder que hemos desarrollado. Es decir dejar de usarlo de manera destructiva y comenzar a utilizarlo de forma constructiva.
Un poco más adentro de esta reflexión algo vino a mi mente: porqué algunas veces actuamos de forma violenta en contra de las cosas vivas y de las cosas que no están vivas.
Les explicaré un poco de lo que a veces veo con preocupación... que tratamos el entorno físico con rabia, de manera agresiva descargamos en el ambiente un sentimiento lejano al amor.
Mi pensamiento propone que debemos repartir amor, actuar con amor, con un amor maduro, que respetemos incluso las cosas físicas.
Para mí en conclusión el amor no existe
Amar es ser libre del resentimiento, de la envidia, es un ideal sublime de entregar buenas intenciones, afecto y cariño; de pensar en construir un mundo mejor y establecer mejores relaciones con todo lo demás.
Algunas veces reflexiono en torno a entregar amor no solo a las personas más cercanas, sino también a todos mis semejantes, pero me detengo y pienso ¿por qué no entregarle amor a todas las manifestaciones de la vida? A los animales; no solo los más cercanos como perros y gatos. Llego a la conclusión de que al amar se contempla y una de las cosas más fantásticas de esta experiencia llamada vida es contemplar las demás formas de vida.
Es apenas lógico que debamos amar la obra de Dios, que aprendamos a respetarla y a manejar de una forma madura el poder que hemos desarrollado. Es decir dejar de usarlo de manera destructiva y comenzar a utilizarlo de forma constructiva.
Un poco más adentro de esta reflexión algo vino a mi mente: porqué algunas veces actuamos de forma violenta en contra de las cosas vivas y de las cosas que no están vivas.
Les explicaré un poco de lo que a veces veo con preocupación... que tratamos el entorno físico con rabia, de manera agresiva descargamos en el ambiente un sentimiento lejano al amor.
Mi pensamiento propone que debemos repartir amor, actuar con amor, con un amor maduro, que respetemos incluso las cosas físicas.
Para mí en conclusión el amor no existe
hay que hacerlo, construirlo, así que
ánimo…
a hacer el amor.
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